
Ayer, 5 de septiembre a las 17:30 horas, tuvo lugar en la Biblioteca Eugenio Trías nuestra II Velada Purpúrea. Los lectores, familiares y amigos de nuestros megaescritores estuvimos allí celebrando un evento que nos emocionaba y nos sorprendía a medida que avanzaban los segundos. El taller de escritura, el fallo del concurso Terror en Voz Alta y la presentación de Tormenta e Ímpetu no dejaron indiferente a nadie. Además, ¡después tuvimos una merienda de locos! ¿A quién no le apetece comer dulces mientras habla con su escritor favorito? ¡Es todo un planazo!
No obstante, el evento no fue lo único que celebrar ayer. Nuestra ilusión se multiplicó cuando el equipo de De Viva Voz, Carlos Tolmo y Raúl García, anunció el ganador de su concurso Terror en Voz Alta. Para quienes no lo sepáis aún, dicho concurso consiste en escribir relatos de terror de entre 1000 y 1500 palabras con el objetivo de ser dramatizados. Los finalistas tuvieron la oportunidad de formar parte del programa de la nueva temporada De Viva Voz, lo cual es, sin duda, una oportunidad magnífica para todo escritor. Asimismo, podrían publicar sus textos en el compendio físico de la próxima gira con su versión audiorrelato, entre otros muchos premios.
Las personas finalistas de esta edición fueron Bárbara Rufino dos Santos Silveira (Las casas no tienen ojos), José David Martín Bartolomé (Quedará entre nosotros) y Luis Gómez García (En los montes de Rionsele). El primer puesto estaba muy reñido, porque los tres relatos ponen los pelos de punta a todo el que los lee. Sin embargo, el jurado del concurso, compuesto por el equipo de De Viva Voz, Óscar Navas (ganador del I Certamen Terror en Voz Alta), Aurora G. Pastor (escritora y traductora literaria) y Alex Sebastián (codirector de la revista Windumanoth), se decantó por uno.
Así, el ganador de Terror en Voz Alta fue… ¡Luis Gómez García! Uno de nuestros escritores de Tormenta e Ímpetu tuvo el honor de recoger el primer premio y recibir el aplauso de todos los asistentes. ¡Qué ilusión nos hizo! Aunque estaba muy nervioso, supo cómo agradecer a todo el mundo sus felicitaciones y reconoció el enorme trabajo que habían llevado a cabo sus compañeros finalistas. Está claro que los tres se merecían esa posición, ¡vaya relatos escribieron! No nos podemos sentir más orgullosos de que haya habido tanta calidad literaria en el concurso. ¡Enhorabuena, literatos!


